Este fin de semana y para orgullo de Santa Rosa, fue noticia provincial la historia de María de los Ángeles Agüero (35) y el su hijo Ángel Agustín (20), quienes comparten el honor de ser abanderados en el mismo CENS, el 3-431 donde ambos decidieron culminar sus estudios.
No sólo los une un vínculo inquebrantable del amor más puro y sincero entre madre e hijo, sino también la responsabilidad y deseos de superación. Casi culminando el año y para sorpresa de todos, obtuvieron los máximos puntajes de la institución educativa. Ella, abanderada nacional y él, abanderado provincial.
“Fui mamá muy pequeña, apenas tenía 15 años cuando lo tuve a Ángel y por distintas situaciones no pude seguir estudiando y así se fue pasando la vida”, comenzó relatando María, quien integra la familia municipal desde hace 11 años.
“Ahora que mis hijos ya crecieron tomé la decisión de estudiar” dice sintiéndose orgullosa del mayor que la acompaña en la bandera y de su hija menor, Ludmila (14) quien está en primer año de la secundaria.
“Siempre tuve una materia pendiente y era la de terminar la secundaria, fue mi meta y gracias a Dios la estoy cumpliendo” afirma.
Cabe destacar que la inteligente mamá, no solo recibió el acompañamiento de su familia, sino también del municipio, ya que fue una de las 40 integrantes que recibió aportes como apoyo a las trayectorias educativas de las y los trabajadores que por distintas circunstancias adeudan materias o nunca avanzaron en la escolaridad secundaria.
“Cuesta trabajar y estudiar, pero nunca bajen los brazos, es algo que les queda para toda la vida y que les va permitir crecer y perfeccionarse. La capacitación y el perfeccionamiento es una herramienta para crecer personalmente y mejorar la calidad de los servicios que brinda el municipio, a través de ustedes en sus distintas áreas”. comentó la Intendenta Municipal Flor Destefanis, durante la entrega del incentivo que recibió María de Los Ángeles, quien vive en Las Catitas junto a sus hijos y su esposo Nelson Avaca.
Orgullo de la comuna en Santa Rosa
Trabaja en el municipio desde el año 2011 y comenzó haciéndolo en un Jardín Maternal llamado “Semillita de Mostaza”, ubicado en el barrio La Costanera de Las Catitas.
“Comencé realizando trabajos de limpieza y terminé como auxiliar de una salita. Allí me di cuenta que uno siempre necesita un estudio, en el jardín, pasaban cosas muy bonitas y una de las cosas que más me llamaron la atención fueron las actividades de psicomotricidad para niños”, dice y de hecho tiene planificado en el futuro seguir una carrera relacionada al tema.
“Mi esposo fue una de las personas que más me insistió para estudiar en el CENS y me acompañó en todo momento” afirma orgullosa.
Inglés y matemáticas
Fueron las materias preferidas de la flamante abanderada “Hubo materias que me costaron, pero jamás falté a esas clases, porque por más que no me agradaban (sonríe) debía estudiar con más ganas todavía”.
“Me tocó atravesar la pandemia, estudiar en la virtualidad, adaptarme a la situación y en ese entonces cambié mis funciones laborales para tener más tiempo de estudiar. Ahora estoy en el Área de Desarrollo Social en el CIC del barrio La Costanera”.
“El incentivo y el acompañamiento de los profesores fueron claves”
Durante el año de pandemia las cosas no fueron fáciles, cada vez eran menos los alumnos, pero la insistencia de María de los Ángeles y su hijo Ángel, fue haciéndose cada vez más notoria.
“Cuando nos dieron los resultados fue una gran sorpresa para nosotros. Si bien sabíamos que habíamos cumplido y estudiado mucho, nos llevamos una gran sorpresa que nos llenó de felicidad”.
“Fue un gran sacrificio, tuvimos que organizar horarios, dividirnos el tiempo para cursar, estudiar, estar con la familia, hacer las tareas del hogar y cumplir con las horas de trabajo. En mi casa acondicionamos un espacio para estudiar con mi hijo quien se sumó al CENS este año, porque ya venía con unos años de secundaria, entonces empezamos a cursar juntos. Él fue el que más me acompañó, lo hicimos mutuamente”.
Lo cierto es que, en la casa de María de los Ángeles, las cosas cambiaron. Hay carpetas y libros sobre la mesa, un espacio para el estudio y una gran unidad que potencia el estudio familiar. El resultado, con mucha proyección a futuro, le brindó este 2021 el honor de portar junto a su hijo la insignia patria para el próximo ciclo lectivo, un hecho histórico que movilizó a toda la comunidad educativa.